domingo, 4 de septiembre de 2011

Esta lucha vale demasiado la pena :)

Ayer recordé su sonrisa... Tan risueña como el primer día en que la vi, tan pícara como la mirada que la acompaña, tan sincera, tan tierna, tan dulce, tan, tan SUYA.
Después reviví su mirada... Con esos ojos... Tan brillantes, tan llenos de vida, tan misteriosos y a la vez tan reveladores, tan bonitos, tan comprensivos, tan, tan SUYOS.
Seguidamente abrí los ojos. OH. ¿Dónde está?:(
Ese vacío con qué lo puedo calmar. Lo siento en todo momento y a la vez me siento tan sola.
Cada pequeña chispa de luz que veo, ese primer rayo de sol que me ilumina por la mañana: sé que una pequeña parte de él se esconde allí, reflejando el brillo de esa mirada que tanto anhelo.
Esa brisa que me recorre por la nuca rozando mis cabellos, haciendo que se muevan al compas del aire que después me sigue recorriendo por mis hombros provocándome un fresco y tierno escalofrío: sé que ahí está él con sus caricias y sus besos recorriendo mi cuerpo terminando con un precioso y bajo susurro (el cual a mi corazón le parece un grito incansable) que tan solo se conforma con decir "Te amo" para tenerme bajo su custodia por siempre.
Ya no sé quien se supone que habla: ¿una enamorada o una esclava?
Poder ver a otras personas que pasan por mi lado sin tener ni idea de lo que se está pasando por mi mente en ese preciso momento, de todos lo valiosos instantes que recuerdo, de el triste sentimiento que siente mi corazón el cual se siente solo sin su otra mitad; todas esas personas, se las ve tan serenas en su tranquila vida sin compromisos ni esperas... Y si pudiera cambiarme por cualquiera de ellas...¿Realmente sería capaz de hacerlo?
Sería capaz de tirar por la borda toda esa emoción que tengo guardada para explotar en nuestro futuro reencuentro, podría soportar simplemente la imposible idea de olvidarle de golpe, así sin más, a ÉL.
Por supuesto que no, por ese sentimiento que hacía que todo el sufrimiento valiera la pena, que todas las lágrimas derramadas tuvieran un POR QUÉ que al contestarlo estaba satisfecha de haberlas soltado, que la gran espera se haga corta al compararla con toda una vida que nos viene por delante. Tan solo por ese sentimiento tan grande, tan poderoso y grandioso y noble valía la pena estar en el puesto que estaba.
Luchar por amor, luchar por ÉL.

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